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Mascotas: La relación entre tu gato y tu bebé

Una de las principales razones por las que algunas personas se niegan a incluir a un gato en su familia o que derivan en el abandono de éstos tiene que ver con la creencia arraigada de que el pelo de gato causa esterilidad en las mujeres, de modo...

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Contrario a lo que se cree, los gatos no son perjudiciales para la llegada de un bebé

Una de las principales razones por las que algunas personas se niegan a incluir a un gato en su familia o que derivan en el abandono de éstos tiene que ver con la creencia arraigada de que el pelo de gato causa esterilidad en las mujeres, de modo que se asume que habrá que decidir entre tener hijos y tener un gato. Sin embargo, la Dra. Sonia Lomelín argumenta que realmente son muy pocas las enfermedades zoonóticas, es decir, que el gato pueda transmitirle al humano y se pueden evitar en su mayoría con la higiene.

Lomelín labora en Ocicat, la primera clínica exclusiva para gatos en Jalisco. De acuerdo a la especialista este problema no es un mito pero está relacionado más bien a un parásito que se encuentra en las heces del gato lo que sí es un mito es que el mismo pelo del gato te produzca esterilidad, eso es completamente mentira. Hay muchos riesgos de que el parásito ingrese al ser humano pero hay otros que son más importantes que en sí el mismo gato, por ejemplo comer carnes crudas o mal cocidas, agua contaminada o verduras también que no estén desinfectadas nos ponen en este riesgo.
Por supuesto, no todos los gatos poseen este parásito en su cuerpo. Los gatos que tienen a salir al exterior y a cazar ratones son los más propensos a ser infectados por este parásito. Para entender mejor el ciclo de contagio, Lomelín lo relata de la siguiente manera el gato sale a la calle, se come un ratón que está infectado de este parásito, que se llama toxoplasma, el gato se infesta y puede eliminar el mismo parásito por las heces, pero debe de pasar de 24 a 48 horas para que se vuelva infectante, es decir, para que si alguien lo ingiere sí le genere la enfermedad.


Además, el dueño tendría que ingerir directamente las heces para enfermarse, lo que refleja malos hábitos de higiene. De manera que este modo de contagio resulta improbable mientras nosotros tengamos una limpieza en casa, que el gato tenga su arenero, que se limpie diario para así estar recogiendo las heces y no permitir que se cumpla el ciclo. La doctora también recomienda contar con un arenero del tamaño del gato, más la mitad y evitar que defeque en otros lugares, si el gato está defecando en las jardineras o en las macetas hay que evitarlo. Podemos poner piedras grandes que no le se atractivo el lugar porque ahí no se van a poder eliminar por completo las heces, se van a desintegrar y el parásito o cualquier parásito puede quedar ahí.


Si te encuentras embarazada y te preocupa portar el parásito se recomienda realizar la prueba de toxoplasmosis en sangre. La cuál indicará si has estado expuesta al parásito o no. En la misma prueba hay dos opciones: una que estuvo expuesta pero está activa la enfermedad y ahí si tienen que acudir a su médico, de igual manera acudir siempre al ginecólogo. Pero si tenemos la forma no activa, el sistema de esta persona ya tiene inmunidad ante este parásito.
En cuanto a la relación entre el gato y el bebé, se recomienda preparar al gato antes de su llegada, los cambios en cada pueden provocarle estrés. La convivencia entre ambos dependerá mucho de la personalidad del gato si no es muy sociable simplemente no va a tolerar que el niño lo cargue y se va a alejar en caso de que el gato sí tolere que el niño lo cargue hay que tener mucho cuidado con los piecitos, evitar que pise la cola o las patas porque el gato aunque no sea agresivo puede reaccionar y puede rasguñar como cualquier animalito que pueda sentirse atacado. Al principio estar con la supervisión de los padres como el niño trata al gato y cómo el gato puede estar reaccionando. Evitar que el gato se sienta sometido u obligado a estar en brazos del niño porque al final eso les desespera y por safarse pueden rasguñar sin querer. La doctora también recomienda tener cuidado con los juegos rudos, ya que el cuello del gato es muy delicado y su traquea puede obstruirse fácilmente.


Yo soy mamá y mis gatos desde que estaba embarazada se ponían en mi pancita y ronroneaban, aceptaron muy bien a mi hija, al grado que llegan a cuidarla. Yo me he hecho una prueba tres o cuatro veces en sangre toda mi vida he convivido con gatos y soy negativo. Ni siquiera he estado expuesta testifica la doctora.

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