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Zona diversa

Cincuenta años de un clásico rosa

Omar Gómez

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Hace 50 años, en 1971, James Bidgood presentó su única película, “Pink Narcissus”, considerada una obra surrealista que introduce al espectador en un tornado visual. La cinta fue de gran influencia para una generación de artistas homosexuales, pero Bidgood la reconoció como propia hasta finales de la década de los noventa. Durante mucho tiempo, a Andy Warhol se le atribuyó el mérito de realizar el emblemático filme. Rodado en el departamento de Bidgood en Nueva York, esta obra explora las fantasías homoeróticas de un joven Adonis llamado Bobby Kendall, entre las que se incluyen toreros, motociclistas y guerreros.

Gran parte de la acción tiene lugar en baños públicos y harenes orientales, acumulándose en una noche febril en la que Bobby se inicia en el placer sensual. Bidgood emplea clichés de homoerotismo, muchos de los cuales estaban presentes en películas anteriores de orientación gay, pero su mayor influencia fue estética. Creó escenarios teatrales con purpurina, esculturas antiguas y decoración kitsch, algunos de los cuales tomó prestados de conjuntos de películas hechas en la India y en distintos cabarets.

“La cinta tiene influencia del filme ‘Los zapatos rojos’, que muestra una gama de colores como nunca había visto. Es un tributo a la belleza masculina cuyo protagonista es un personaje narcisista. Varios de los actores que participaron eran heterosexuales que nunca habían hecho algo similar, sin embargo, se filmó en una época especial que nos dio la facilidad de hacerlo”, explica el norteamericano para Zona Diversa.

La estética teatral de Bidgood influyó en los artistas franceses Pierre et Gilles y, más recientemente, en David LaChapelle. La famosa escena sadomasoquista en “Nowhere” (1998), dirigida por Gregg Araki, se basa en sueños dulces, casi amenazantes, como los que Bidgood presenta a menudo en su obra. Estos temas e ideas se hicieron omnipresentes en el cine de temática gay.

“Pink Narcissus” puede ser la película gay perfecta, pero su loca estética homosexual va en contra de ciertos estereotipos, como los del colectivo de los osos. La influencia de Bidgood fue mucho más allá de su representación de lo homoerótico. El fotógrafo contemporáneo Ryan McGinley recuerda la teatralidad de Bidgood en su serie fotográfica surrealista, "Moonmilk", en la que las cuevas sirven de decoración en escenas con jóvenes desnudos. Si James Bidgood tuvo una falla, podría ser que era demasiado perfeccionista.

LAT

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