Aunque 2020 fue un año complicado debido a la pandemia y a la crisis económica derivada de ella, Ricardo Lips, uno de los transformistas más reconocidos de México, quien ha llevado su talento al cine, al teatro y a la televisión, prefiere tomarlo como un periodo que le dejó enseñanzas positivas, pues asegura que la situación fue propicia para poner los pies en la tierra y entender mejor la vulnerabilidad humana.
Nacido en Fresnillo, Zacatecas, pero radicado desde hace 20 años en Guadalajara, ciudad que lo atrapó por su calidad de vida, el también fundador del Show de Lips comenzó su aventura tapatía en el mítico club Mónica’s, donde cada una de sus noches era fascinante, mágica y siempre distinta.
“A lo largo de los 14 años que estuve ahí me pasaron miles de cosas, casi todas positivas. Fue el lugar que me dio la oportunidad de proyectarme a nivel nacional porque era la parada obligatoria para todos los gays en la capital de Jalisco. Eso me dio la oportunidad de que me conociera gente de todas partes y a raíz de eso me invitaron a trabajar en un montón de lugares”, explica.
¿Por qué decidiste hacer de Guadalajara tu ciudad de residencia?
Porque me encanta su gente, me encanta su comida y porque amo todo de aquí. Las personas me parecen divinas. Cuando llegué a esta ciudad me abrieron las puertas de uno de los lugares más importantes para el ambiente gay mexicano: el Mónicas. Ahí comencé a trabajar con un espectáculo ya formado, el Show de Lips, que ya era reconocido en el Norte del país y en el Sur de Estados Unidos. De eso ya hace 20 años y desde entonces decidí quedarme aquí.
¿Qué representó para ti el cierre del Mónica’s?
Cuando terminó mi ciclo en ese lugar salí con el corazón desecho al grado de pensar que todo había acabado. Entré en un tipo de depresión laboral sin saber qué hacer. Me costó mucho superarlo. Afortunadamente un par de meses después la gente, que me conocía por los espectáculos que ahí presentaba, me invitó a dar shows en otras ciudades de la República.
¿Por qué crees que hoy eres uno de los transformistas más importantes del país?
Porque todo lo que hago lo hago con el corazón. Para mí en mi trabajo todo es importante. El mundo del travestismo es maravilloso y cuando lo haces de una manera integral, cuidando todos los detalles: desde el pelo, el maquillaje, la imagen, así como el saber cómo entretener a la gente y hacerles creer que eres la artista que están escuchando, el público no se equivoca y siempre lo reconoce.
¿Cuáles son tus caracterizaciones favoritas?
Están las de Gloria Trevi, María José, Marisela, Mónica Naranjo, Valeria Lynch y sobre todo Lucía Méndez, a quien considero mi artista preferida desde pequeño. Cuando la vi por primera vez en la televisión me enamoró por completo. Desde niño me identifiqué con ella. Gracias a mi trabajo pude conocerla, después tratarla y es un regalo que me dio la vida porque también recibí su aprobación, sus aplausos y su cariño.
¿Qué opinas de las nuevas generaciones de transformistas mexicanos?
Sólo me falta conocer dos estados del país y te puedo asegurar que en todos lados hay mucho talento. En todos los lugares que me he presentado he visto mucha gente joven que viene empujando fuerte y es algo que me da mucho gusto. La única diferencia con la gente de mi generación es que ya no existen los shows travestis como los que eran populares en esas décadas, que eran como escuelas en las que la gente se formaba de manera integral y surgían chicos muy talentosos. En el gremio hoy no existe la obligación de enseñar a los demás, ahora aprende quien quiera.
¿Cómo has sobrellevado la pandemia?
El momento actual me llevó a cuestionarme qué pasó. Pero de igual forma me ha ayudado a entender que tenemos que ser más humildes, mirar a nuestro alrededor y pensar que hay personas que la están pasando peor que nosotros. También me ha servido para valorar más mi trabajo y a mi familia. El confinamiento me ha ayudado a medir mis capacidades, a bajar mi ego y darme cuenta que soy tan vulnerable como los otros. Gracias a Dios he tenido la capacidad de seguir adelante y de aguantar esta difícil situación.
¿Qué expectativas tienes para 2021?
No tengo muchas pero sí la esperanza de que será un mejor año para todos. Lo que más deseo es mejorar para ayudar a la gente que más lo necesita en mi entorno. Espero que la situación mejore. Me considero privilegiado porque tengo un trabajo que me gusta, que es redituable y gracias a ello puedo ayudar a mi familia. Sé que hay personas que viven al día, que se las han visto muy difíciles y es cuando quieres que esto termine. Lo que espero de 2021 es que tengamos más conciencia para ser mejores personas.
LAT